Nunca iremos a Disney.
Esa es la frase que hemos repetido miles de veces cuando el tema de viajar a París, con el objetivo de pasar unos días en Disney ha salido en una conversación. A dicha afirmación, siempre nos hemos aferrado y además, la hemos defendido con uñas y dientes por pura convicción. De hecho, en nuestro subconsciente teníamos grabado a fuego «nunca iremos a Disney».
Pero… ¿por qué?
Somos una familia viajera, y como tal, nos gusta organizar nuestros viajes por libre, intentando evitar los sitios masificados, las colas o los macro hoteles. Digamos que la visita a este parque se alejaba bastante de nuestra forma de viajar, y eso teniendo en cuenta que es uno de los parques temáticos más visitados del mundo. Familias, escolares, recién casados y forofos del mundo Disney se reúnen en los 23 km. cuadrados que combinan atracciones para toda la familia, grandes espectáculos y restaurantes para todos los gustos -y bolsillos-. Nuestras razones son muchas, pero vamos poco a poco…

Toda la gente saliendo del parque hacia los Hoteles y el metro, después del espectáculo de clausura.
- Interminables colas y muchas veces, engañosas. Se ha de tener mucha motivación para hacer las colas. La gran mayoría de veces, se pasa mucho tiempo avanzando en la cola para los 2, 3 o 5 minutos que pueda durar una atracción. Además, en algunas atracciones, sólo se ve una ínfima parte de la cola, quedando el resto escondida dentro de la atracción con innumerables zig-zags y pasadizos. Si ves a tu ídolo de la infancia y te quieres hacer una foto, otra cola.
- Es agotador. Viajar cansa, pero hacer un Disneyland París con niños, cansa todavía más. Aunque puedes llevar carrito para los momentos de bajón, se pasan muchas horas de pie haciendo colas para las atracciones, para el baño o para esperar mesa en el restaurante, caminando de aquí para allá, o sentados -de aquella manera- por los bordillos de las aceras para poder ver las actuaciones desde un lugar decente.
«Papá, estoy cansado» y, «¿Cuánto falta?… Frases míticas en los viajes con niños.
- La edad de los niños. Gran hándicap, ya que no hay una edad «ideal» para hacer la visita al parque. Dicen que de los 0 a los 5 años no se recuerda nada, y luego te tocará llevarlos a los 6-8 años de nuevo… (aquí hay tema, luego os cuento).
- Recuerdos y souvenirs caros. Las mega tiendas de Disney son preciosas -y caras-. Puedes comprar a cada dos pasos cualquier artículo Disney que se te pase por la cabeza, y si vas en Navidades, puedes conseguir decoración magnífica, pero… nada más lejos de la realidad, nos parece puro consumismo. De hecho, uno de los principales problemas a resolver dentro de esas magníficas tiendas, va a ser «a ver qué orejitas de Minnie me voy a comprar» (19,99 euros las más baratas).
- El presupuesto para realizar el viaje. Con la misma cantidad que vas a gastar en 4 días en el parque, con la correspondiente visita a París, puedes comprar vuelos y alojamiento para toda la familia a cualquier país del sudeste asiático.
- Ni en verano, ni en invierno. En invierno puede que nieve, llueva y haga muchísimo frío, y hacer una cola en esas condiciones, no lo veo. ¿Y en verano? En verano todo el mundo sale de viaje, y a Europa más. Masificación, colas y calor… tampoco lo veo.
- Comida de mala calidad. Muchos restaurantes en Disney: fast food, buffet libre, cocina árabe, cocina caribeña y productos del mar, cocina refinada de inspiración norteamericana… pero si quieres comer medio decente, tienes que gastarte unos eurillos extra si no llevas régimen de comidas incluido.
- Reservar los restaurantes con anterioridad, y mucha. Si tienes ilusión por comer en los restaurantes más chulos como el Agrabah café, el Bistrot Chez Rémy, el Captain Jack’s o el Auberge de Cendrillon (comida con princesas), a tres meses vista, tienes que estar pensando dónde vas a comer y qué te va a apetecer ese día. Quizás saber por qué zona te vas a mover, para no reservar en un restaurante que esté en la parte opuesta del parque donde te encontrarás en ese momento…
Súper importante si os hace ilusión, reservar la comida con princesas con meses de antelación.
- Único viaje de algunos niños. Muchas veces es el primer y único viaje fuera de España, que algunos padres regalan a sus hijos. Esto puede «distorsionar» un poco el concepto de viajar en si.
Bueno, y… ¿qué ha pasado?
Pues casualidades de la vida, un día comiendo con la familia, se nos plantea ir a Disney con nuestras sobrinas. Y claro, no íbamos a ser malos padres y no llevar a nuestros peques al parque temático por excelencia de toda Europa -aunque a nosotros nunca nos llevaron-. Además, un «Viaje a Disney» incluye la palabra «viaje», así que como buenos viajeros, no pudimos decir que no, y también -nos os vamos a engañar- nos picaba bastante la curiosidad. Vamos, que no nos hicimos de rogar a pesar de todo lo que os he comentado antes.

¡Bienvenidos a Disneyland París! -sí, al final fuimos a Disney-.
No pretendo escribir un post descriptivo sobre Disney, ya que hay un montón de ellos en la blogosfera donde podéis encontrar cantidad de información y súper útil.
Tampoco os voy a contar truquis para ahorrar en vuestro viaje a Disney, ya que de ahorrar, no nos preocupamos mucho.
Después de 11 años, volvimos a pisar una agencia de viajes donde nos lo organizaron e incluyeron todo, y al final, tampoco fue tanta la diferencia respecto a si lo hubiésemos organizado por nuestra cuenta. Es verdad que todo tiene un precio, pero había cosas que echábamos de menos como por ejemplo, una recogida del aeropuerto con cartelito incluido. Reservamos el Hotel dentro del parque, en concreto el Disney’s Newport Bay Club, pagamos por el régimen todo incluido en Pensión completa Plus -no tuvimos más gastos extra-, hicimos la obligada y necesaria excursión a París, crucero y comida por el Sena además de la subida a la Torre Eiffel sin colas. Todo ello, organizado para el grupo de 6 adultos y 4 niños.
Sólo escribiros unas reflexiones -algunas las leí en el blog de Marta, de Viajando entre rascacielos-, que nos convencieron de que hicimos lo correcto. Y ahí van…
Nuestras razones para volver a Disney.
- Es el parque temático por excelencia. Como os he comentado antes, es uno de los más visitados a nivel Mundial.
Entrada al parque, por el famoso Hotel Disney.
- Vuelves a ser niño. Si os confieso que nuestro viaje fue «SUPERCALIFRAGILISTICOESPIALIDOSO», y que me moría por tener una foto con Mary Poppins, entenderéis que volví a mi infancia en cuestión de segundos. No hace falta que os diga que os va a hacer mucha ilusión ver a vuestros pequeños ídolos de Disney.
- La comida es divertida. Pan con la forma de las orejitas de Mickey, tomar un postre dentro del zapato de Cenicienta o en forma de tartaleta de Mickey fueron algunas de las comidas que no se quedaron en el plato.
- Puedes visitar varios lugares del Mundo en uno. Pasear por la Main Street como si de algún lugar de EEUU de antaño se tratase. Aparecer en Marruecos, degustar su gastronomía en el Agrabah Café y sumergirte en mundo de las «Mil y una noches». Pasear por México y encontrarte con un grupo de mariachis entonando bellas y nostálgicas canciones y de repente, poder pasear por una Isla para encontrarte con los míticos Piratas del Caribe.
El City Hall, en la plaza de la ciudad Disney.
Zona de la Playa de los Piratas del Caribe, con zona de juegos para los pequeños de 3 a 6 años.
En el Agrabah Café.
- Es «Disney». Las películas de Disney forman parte de nuestra infancia y de la vida de todo el mundo o… ¿acaso alguien no conoce a Mickey Mouse?.
- Atracciones para toda la familia. Las atracciones del parque están adaptadas a cada rango de edad, y también para los niños más grandes (también entran aquí algunos papás y mamás). Además, las hay para todos los gustos.
It’s a small world. Una barca que nos llevaba por todas las partes del mundo. Apenas había que hacer cola y subimos como 2 o 3 veces. Atracción estrella para los más pequeños.
- Increíbles espectáculos, pequeños shows y cabalgatas mágicas. Lo que sucede en Disney es magia, es efímero y no se puede repetir, es como estar en una obra de teatro constante. Como guinda, yo destacaría el espectáculo nocturno de proyección de luces sobre el castillo, música y fuegos artificiales. Lo volvería a ver una y mil veces más.
Nuestras amigas Elsa y Ana, que son como de la familia por las horas que pasan en la pantalla de nuestro salón.
La carroza de los personajes del Rey León.
Espectáculo de luces y sonido. Cada día, antes de cerrar el parque.
- La inocencia de los más pequeños. Hay algo que nos fascinó más que el propio parque, y fue ver las caras de nuestros peques cuando veían a sus personajes favoritos, cuando subimos a la barca de la atracción de «Piratas del Caribe» y pensaban que los piratas eran de verdad -de hecho, les tenían miedo-, cuando comimos en el restaurante de Cenicienta y aparecieron las princesas, cuando fuimos a ver el espectáculo de efectos especiales a los Estudios o cuando hicimos el Tour con el tranvía por los entretelones y decorados del cine, en medio del emocionante rodaje de una película de acción en Catastrophe Canyon.
- Míticos iconos como La Torre Eiffel o el Castillo de Disney. La oportunidad de pasear por las calles de París para que nuestros peques conocieran un icono como es la Torre Eiffel, o visitar el Castillo de Disney que tantas veces habían visto en la cabecera de sus películas de animación fravoritas.
Descubriendo la Torre Eiffel navegando por el Sena.
El Castillo de Disneyland París, el más bonito de todos los parques Disney.
- La ilusión por ir disfrazados. Una de las preocupaciones de la peque cuando preparábamos la ropa para el viaje, era saber si su vestido de Elsa iba a caber en la maleta. No es lo mismo visitar Disney cuando los peques tienes 5 años -y están en todo su apogeo de imitar a sus personajes favoritos- que a los 10, etapa en la que van pasando a segundo plano este tipo de intereses.
- Decoración temática en cada temporada. Ya de por sí, Disneyland está decorado con un gusto tremendo. La cosa cambia a mejor si además, viajas en Halloween -la decoración ya estaba puesta cuando viajamos en la primera semana de Octubre-, o si en cambio, esperas a Navidad -hemos leído que es increíble-.
Preparados para Halloween en Disney
- En contínua renovación. Siempre hay algo nuevo que ver, ya que es uno de los parques que más actualiza sus actividades, ya que cada vez que se estrena una película Disney, aparecen nuevas atracciones y personajes.
Paseando por las calles de México, Inspiradas en la película de COCO.
- Oportunidad de conocer a sus personajes favoritos. Cómo me hubiera gustado a mí conocer, o al menos ver de lejos, a los personajes favoritos de mi infancia. Pero ver a los peques, totalmente convencidos con la presencia de sus ídolos sin cuestionar si realmente eran ellos o no, fue pura magia.
Otros que se nos cuelan en casa cada dos por tres.
- La edad de los niños. Anteriormente os he dicho que este es un tema que crea controversia. Para mí, la edad ideal para visitar el parque es entre los 3 y los 6-7 años. Los nuestros viajaron con 3 y 5 años y os puedo decir que alucinaron y disfrutaron de lo más. Como en el resto de viajes que hacemos, pienso que en un futuro no se acordarán, pero nosotros sí. Además, si no lo hacéis porque no se acordarán, entonces no celebréis su cumpleaños, o no les deis cariño y abrazos porque, tampoco se acordarán… Es verdad que ahora lo tienen muy presente, y no hay día que no hagan un comentario sobre lo bien que lo pasamos en Disney y claro, siempre están pidiendo volver…
Así que os dejo una última reflexión. Si durante esos días les has visto sonreír, cantar, bailar, caminar, correr, saltar, comer, disfrutar, emocionarse y también acabar el día agotados pero felices, habremos cumplido con el objetivo que nos brinda la Magia Disney.
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Con esto de Disney pasa un poco como para viajar a Dubai. Que si es una ciudad artificial, que si es cara, que si no tiene historia. Y la verdad es que luego te lo pasas de primera. En Disney teníamos algunos prejuicios como los que contáis, pero al final lo pasamos en grande. Y nuestro hijo también! Espero poder regresar algún día.
¡Hola Jordi!
Pues estamos igual… jejeje. Al final, la gran mayoría de prejuicios que tenemos son causados por la inexperiencia. Desde nuestra visita al parque, nuestra visión al respecto ha cambiado mucho, y con ganas de conocer otros parques Disney. Y no sólo nosotros, nuestros peques no hacen más que preguntar cuándo vamos a ir a Disney -como si fuese tan fácil- jejeje.
Un abrazo, viajero.
Jajaja
Es que Disney es mucho Disney!
Tanto para niños, como para adultos! Mira si es que yo he ido a Paris, Tokyo y Orlando, jajaja
¡Hola Clara!
Mamma mía, ¡eso ya es de súper fan Disney! Como le digo a Olga, nunca pensé que lo diría, pero estamos deseando conocer otros parques Disney… jejeje. Y a nosotros, los papás, también nos encantó conocer a todos los personajes de nuestra infancia. Cómo cambian las cosas después de la experiencia.
Un abrazo, viajera.
Visité Eurodisney recién inaugurado en Paris, ya mayor y me encantó. Es una asignatura pendiente que tenemos con nuestro hijo, como familia viajera que somos. Muchas gracias por todas vuestras recomendaciones. Tomamos buena nota. Un abrazo. Olga
Hola Olga,
Evidentemente, con los hijos la experiencia cambia mucho. De hecho, creo que es mucho más gratificante. Nosotros disfrutamos muchísimo viendo las reacciones y la ilusión de nuestros hijos a cada momento, desde que nos levantábamos hasta que cerrábamos el parque. Nunca pensé que diría esto, pero estamos deseando visitar otro parque Disney.
Un abrazo, viajera.
Lo primero que me llamó la atención fue el título, es algo tan cierto como nuestro pensamiento es en modo negativo y aquí aplica para nuestros viajes de los sueños , donde siempre decimos, me encantaría ir a tal lugar pero nunca iré… y cuando lees este post te das cuenta que los límites están en la actitud de cada persona, por otra parte cuando se habla de un Parque de Disney se habla que es más un sueño hecho realidad para los adultos que de los niños jajajaja, lo digo no porque la temática no sea para niños, sino porque los personajes clásicos son los recuerdos de los padres, quiero agregar que definitivamente ir a estos parques es tener que llevar algo de dinero extra si deseas un recuerdo porque se caracterizan costosos, pero bueno al ver estás imágenes y leer todo lo que se puede disfrutar se puede resumir que vale mucho la pena la inversión monetaria.
Hola Sergio,
Gracias por leernos. Sinceramente lo de «Nunca iremos a Disney» lo decíamos en serio. ES decir, no habíamos tenido -hasta el momento- ninguna intención de ir a Disney, pero porque no nos atraía en absoluto. También decimos mucho «Nunca iremos de crucero», y al final -algún día- se nos planteará esa decisión, y ya te adelanto, que la cosa cambiará después de la experiencia.
Un abrazo, viajero.
Hola a todos,
A mi esposa y a mi nos gusta mucho viajar. En el 2012 fuimos a Miami con nuestra hija de 7 años en ese momento, y por ella decidimos ya que estaba cerca ir a World Disney World…. nunca me imagine que nos gustara tanto, nos hemos vuelto unos verdaderos frikis de Disney.. realmente existe la magia Disney.
Un saludo
Jejeje…
Me río porque nunca fue nuestra ilusión viajar a Disney con los niños… Mira por dónde, ¡al final acabamos gastando nuestros ahorros para viajar en el parque temático por excelencia!. Pero también te tengo que decir, que no nos arrepentimos para nada. Al final disfrutamos tanto o más que los peques.
Un abrazo y muchas gracias por pasar por este rinconcito.