Ontinyent, Ciutat D’Atracció.
¡Hola Viajeros! ¿Cómo van esos proyectos o escapadas viajeras?.
Nosotros la verdad es que un poco paraditos para lo que queda de año, aunque para el próximo ya tenemos algunas cositas interesantes que ya os contaremos. Mientras, vamos haciendo alguna escapadita cuando podemos. Hoy os cuento qué podéis ver si visitáis Ontinyent, una cuidad de la Comunidad Valenciana que tiene su origen en el S.XI cuando apenas era una especie de fortaleza musulmana ubicada en la parte más alta de la Villa. En 1245 fue conquistada por el Rey Jaume I, y su carácter fronterizo fue decisivo para que Ontinyent se convirtiese en Villa Real con representación y voto en las Cortes del Antiguo Reino de Valencia.
¿Pero, dónde está Ontinyent?
La ciudad de Ontinyent se encuentra en un valle rodeado de montañas, en la provincia de Valencia. Este territorio conforma la comarca de la Vall d’Albaida, siendo Ontinyent la capital de comarca. Allí viven alrededor de 36.000 personas. Podéis llegar hasta allí en tren, con la línea Valencia-Xátiva-Alcoi, o en autobús con la línea regular desde Valencia.
Si llegáis a Ontinyent en coche, muy cerca del centro hay un parking donde podéis aparcarlo y visitar el casco antiguo de la ciudad. Éste parking está justo al lado del Pont Vell, por donde transcurre el rio Clariano. El río Clariano fue la principal fuente de riqueza para el desarrollo de la ciudad y su agua aprovechada para el riego de sus fértiles campos además de servir de fuente de energía que hacía mover aquellos molinos, almazaras y batanes de pequeñas industrias.

Imagen del Pont Vell (año 1500) con sus sillares de piedra picada que han soportado todas las riadas de Río Clariano.
¿Qué visitar en Ontinyent?
Desde el aparcamiento se puede acceder al casco antiguo de Ontinyent, cargado de historia, es la parte más oculta y seductora de la ciudad. De origen islámico como os he dicho antes, es una sucesión de casas y callejones, coronada por un núcleo amurallado o «La Vila».
La Plaza Mayor.
La ruta que hicimos, pasa por la Plaza Mayor, donde se encuentran las antiguas prisiones y el ayuntamiento, que están junto enfrente de la Casa del Conde o «Puigmaltejo», pasamos justo por debajo de la Torre del campanario, uno de los referentes simbólicos e identificadores de la ciudad, considerado como uno de los más altos de la Comunidad Valenciana. En la plaza también podéis contemplar los soportales que se conservan del s.XVI, con los techos decorados con yeseras renacentistas y un relieve de la Purísima del s. XVIII.
Seguimos caminando hasta llegar al Convento de Carmelitas (fundado en el s. XVI), situado en el antiguo camino de Biar o de «Castella». Este conjunto monumental está bastante bien conservado, aunque la iglesia sufrió daños después de la guerra civil.

Vista aérea del Convento de las Carmenlitas, desde el campanario.
El Palau de la Vila.
En el Convento de Carmelitas, hicimos una parada para contemplar nuestro siguiente objetivo: el portal de San Roque, que fue la primera puerta abierta por los cristianos en 1256. Desde el mismo punto, también divisamos el Palau de la Vila o de la Duquesa de Almodóvar (s.XIII-XX).

Puerta de San Roque, que da acceso al Palau de la Vila.

Palau de la Vila
Dentro del Palau de la Vila se albergan el Museu dels Gegants i Cabets y el Museu del textil valencià.
Museu dels Gegants i Cabets
El primero se sitúa en la planta baja del Palau de la Vila, y allí podréis contemplar las emblemáticas figuras que en las fiestas de la Purísima y el Corpus, llenan las calles de Ontinyent de color y contagian de alegría a su gente, a través de un baile que va al ritmo de los tambores y dulzainas.
En la primera sala a la izquierda, están expuestas las figuras de «Els gegants», que representan a una pareja de los Reyes Cristianos, otra de los Reyes Judíos y una tercera que representa a los Reyes Moros.

Fiuras de «Els Gegants»
En la nave central aparecen dos figuras danzantes más, la famosa «Tortuga» con cabeza de león, que recoge los chupetes de los niños que ellos mismos cuelgan de los pinchos que salen de su caparazón y al mismo tiempo lanza caramelos por la boca y humo, y a su lado queda «el Águila».

El águila i la tortuga ocupan la parte central de la nave.
En la parte superior se disponen «Els Cabets», inspirados en personajes reales o imaginarios, como por ejemplo «El Gros» o «El Gordo», cuya realización data de 1946 y se inspira en Oliver Hardy (se parece, ¿verdad?).

Figuras de «Els CAbets», en el Museu de Els Gegants i Cabets.
Museu del textil Valencià.
En el mismo edificio, se encuentra el museo del textil, donde se muestra un conjunto de diferentes objetos que datan desde el siglo XVIII hasta nuestros días, los cuales narran los diferentes procesos artesanales de la producción textil, tan significativa en Ontinyent.

Uno de los telares más antiguos que se conservan en la exposición.
El Puente de Santa María.
Al salir del Palau de la Vila, seguimos hacia el Puente de Santa María (1942-1953), formado por tres arcos principales y algunos de menor volumen. La realización de éste puente supuso un crecimiento del barrio de Sant Rafael y una aproximación del antiguo núcleo urbano a otros espacios no muy lejanos a él, pero hasta entonces irremediablemente separados por un profundo barranco que en este lugar forma el río Clariano.
El Barrio viejo de Ontinyent.
Después de la visita, seguimos callejeando por el barrio viejo de Ontinyent, disfrutando de un paseo matutino, rodeados de silencio y de una luz mágica y cómo no, captando instantáneas como las que os muestro a continuación. Nuestro siguiente objetivo era llegar a la Iglesia de Santa María.

Preciosas instantáneas desde el casco antiguo.
La Iglesia de Santa María.
Es la más famosa y la más bonita de la ciudad para muchos «ontinyentins», pues en ella se encuentra la capilla de la Purísima. Como curiosidad, os diré que está construida sobre lo que era una antigua mezquita islámica, pero su arquitectura acabó siendo de un estilo gótico austero.

Iglesia de Santa María, desde donde se accede al campanario.
El campanario.
Junto a la Iglesia de Santa María, está el campanario. El más alto de la Comunidad Valenciana con sus 71,61 metros y el segundo de España, después de la Giralda de Sevilla. Nosotros hicimos la visita guiada para conocer todos sus secretos, de la mano de la Colla de Campaners. Desde lo más alto, justo donde está la campana de las horas, hay unas vistas increíbles a todos los ángulos de la ciudad.

Campana «de las horas», en lo más alto del campanario, desde donde se puede gozar de unas magníficas vistas.

Vistas de la ciudad desde el campanario.
Refugio antiaéreo de Tortosa y Delgado.
El refugio antiaéreo se construyó entre 1936-1939, y aunque hay varios en toda la ciudad, ésta está preparado para recibir visitas y la verdad es que merece mucho la pena. Ontinyent tuvo la suerte de no ser bombardeada, a diferencia de otras ciudades, pero la experiencia de entrar en este refugio, os hará revivir la agonía que vivió la población en época de guerra y sentir los pelos de punta al imaginar cómo hubiera sido ese episodio durante un bombardeo. Tiene capacidad para refugiar a unas 300 personas en 85 metros cuadrados.

Entrada al refugio desde donde estaba la antigua fábrica de Tortosa y Delgado.

En el interior del refugio, desde donde se hace una simulación de la situación vivida ante un posible bombardeo.
Ontinyent también fue una ciudad de acogida; tuvo un aumento de población muy intenso durante el período bélico pues de 13.000 habitantes se llegó a unos 18.500. Además, en 1937, el Convento antiguo de los Padres Franciscanos dispuso 1200 camas para transformarse en Hospital Militar internacional. También se acogieron a 420 niños y niñas en régimen familiar y 100 niños invidentes en el Balneario de la Salud. Sin duda, una visita muy especial.
Y… ¿cuándo comemos?
Visita a «Casa Vicent».
La rica gastronomía de Ontinyent también merece una buena reseña. Tuvimos la oportunidad de visitar «Casa Vicent», una carnicería de las de toda la vida, donde se nos mostró la manera artesanal de elaborar el embutido tradicional de Ontinyent y que también probamos -por cierto, exquisito-.
Con ingredientes clave como la pimienta y el clavo, se consigue el sabor característico de los embutidos de Ontinyent. No podéis dejar de probar la «Potrota», un embutido muy grueso considerado una delicatesen, hecho con la cabeza del cerdo cocida, la lengua, y la papada en crudo.
Comida en Restaurante Nou Tendur.
Toda una experiencia para los sentidos fue degustar un menú con todos los platos de la gastronomía tradicional ontinyentina, en el Restaurante Nou Tendur. Éste restaurante está alojado en una antigua fábrica de licores con su auténtica fachada, en la Calle Sant Antoni nº64.

Fachada del restaurante «Nou Tendur», situado en una antigua fábrica de licores.
Empezamos probando los entrantes típicos de Ontinyent, como el embutido, la coca de pimentó y tomaca (aunque nos quedamos con las ganas de probar «la coca de fira»). Otro de los entrantes fue el capellà con queso blanco y unos volovanes con morcilla de cebolla y huevos de codorniz. Como «plato estrella» una «Cassola d’arròs al forn», de la que os dejo la receta más abajo, por si os apetece experimentar.

Esta es la pinta que tiene un buen «arròs al forn», o «cassola d’arròs».
Preparación de la Cassola d’arròs.

Ingredientes básicos para preparar una buena «cassola d’arròs al forn».
«Hacer una buena cocción de la carne y los garbanzos. Medir el arroz y, en el mismo recipiente, dos medidas de caldo. En una paella, freír las patatas a rodajas, los ajos, las morcillas y los tomates partidos en dos. Finalmente sofreír ligeramente el arroz e incorporar a la cazuela de barro, se le añade el caldo, la carne y los garbanzos (todo bien caliente). Por encima repartir las morcillas, los tomates, patatas, los ajos y se le echa colorante o azafrán. Se mete en el horno, muy alto. Es importante que el caldo y los ingredientes no se enfríen antes de meterlos al horno».
Cata y visita a la fábrica de cervezas artesanales GRAM.
Para finalizar el día de la mejor manera, reservamos la visita a la fábrica de cervezas artesanales GRAM.
En el Polígono Industrial «El Pla», en la Calle Jacquard, nº20, se encuentra GRAM, una fábrica de cerveza artesanal donde nos explicaron y mostraron todo el proceso desde la fermentación de la cerveza, hasta su embotellado. Después de no perdernos detalle de la explicación, pudimos catar y descubrir de primera mano 4 de sus variedades.

Súper atentos a la explicación del proceso de fermentación.
La «Freda» o quizás la más suave y rubia inició el ritual, para seguir con la «Prima», más tostada. La cerveza «Quirat» tenía un ingrediente muy característico, y era la algarroba. Finalmente terminamos con la más negra «Daimon», que nos encantó. Fue la guinda a la visita de Ontinyent, donde aprendimos un poco más de sus tradiciones, su legado cultural y cómo no, de su gente.

Zona donde hicimos la degustación de la cerveza artesanal GRAM.
Para terminar, agradecer el día que pasamos conociendo Ontinyent a todos los Compañeros de la Comunitat Valenciana Travel Bloggers, y a Turisme Ontinyent, quien nos acercó a todas las atracciones de esta gran ciudad, a una #OntinyentCiutatDatracció.
Si os habéis quedado con ganas. Os dejo el post en el que colaboramos todos los blogs asistentes a Ontinyent.
¡Hasta la próxima viajeros!
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