PORTUGAL CON NIÑOS. 10 DÍAS DESDE OPORTO A LISBOA.
Esta es la ruta que hicimos por Portugal con niños. Era verano y nuestra peque tenía 15 meses . Fue una ruta por carretera en la que fuimos haciendo escalas poco a poco, quedándonos más tiempo en ciudades como Oporto o Lisboa, hasta completar la ruta que duró 10 días y en la que pudimos acercarnos y conocer más a nuestro país vecino.
La ruta, que iré desarrollando dando unas pinceladas de cada lugar en el que estuvimos, quedó así.
Día 1: Alicante-Ávila-Salamanca
Día 4: Oporto – Costa Nova- Aveiro – Coímbra
Día 5: Coímbra – Nazaré – Alcobaça – Óbidos.
Día 6: Óbidos – Sintra – Cabo da Roca – Boca Infierno – Cascais – Lisboa
Día 7: Lisboa
Día 8: Lisboa
Día 9: Lisboa- Évora- Mérida
Día 10: Mérida- Alicante

Mapa de la Ruta «Portugal con niños».
Bien, pues con este esquema de ruta os vamos a intentar resumir
nuestro paso por este maravilloso país durante 10 días. Deciros que con nuestro propio coche, con la peque que se portó genial y la acogida de nuestro país vecino todo fue muy fácil y sin duda, repetiríamos.
Día 1: Alicante-Ávila-Salamanca
Este fue nuestro primer día de camino hacia el país vecino, donde teníamos organizada una ruta por Portugal con niños. Salimos temprano desde Biar (Alicante), y después de 4 horas de carretera y alguna parada, llegamos a Ávila. Antes de llegar, paramos en el mirador para echar unas fotos y contemplar las Murallas de Ávila que son Patrimonio de la Humanidad.
Si queréis subir a contemplar las vistas desde las murallas, lo podéis hacer por 4 euros. Aparcamos por el centro y fuimos a visitar la Catedral (entrada 4 euros), así se hizo la hora de comer y como era nuestra primera vez en Ávila quisimos probar su famoso «chuletón». Previamente apunté en mi libreta tres restaurantes a los que podíamos ir: Restaurante las Cancelas, Restaurante Medieval y el Restaurante III siglos. Al final, por casualidad nos encontramos con este último y nos sentamos a recuperar fuerzas. Después de la comida seguimos de visita por Ávila dando un paseo por su casco histórico y contemplamos desde cerca las murallas.
Cuando terminamos, nos subimos en el coche y nos dirigimos hacia Salamanca (teníamos una hora de camino). Una vez en Salamanca, hicimos el check-in en el Hotel, dejamos nuestro coche en el parking del hotel y salimos a dar una vuelta por la ciudad universitaria. Al final nos quedó bastante tiempo por la tarde e intentamos aprovecharlo al máximo pudiendo visitar la Plaza Mayor, Iglesia de la Clerecía, la Casa de las Conchas, la Universidad, la Plaza de Anaya y las Catedrales (La Nueva y la Vieja).

Clerecía y casa de las conchas.

Catedral de Salamanca (a ver si encontráis al astronauta)

Fachada Universidad (tenéis que buscar la ranita).
Por la noche, un poco cansaditos ya, salimos a cenar algo y encontramos por casualidad un restaurante que nos hizo recordar nuestro último gran viaje por EE.UU. conduciendo por la ruta 66. La franquicia de comida americana «Peggy Sue´s». Después de cenar volvimos a pasar por la Plaza Mayor -teníamos el hotel muy cerquita-, allí topamos con un grupo de tunos que estaban amenizando la noche a todos los turistas que estaban en la plaza. ¡Qué vidilla tienen nuestras plazas!

Plaza Mayor de Salamanca
Así termina nuestro primer día de ruta. Mañana después de almorzar saldremos en dirección a Oporto (3 horas 22 minutos).
Día 2: Salamanca-Oporto
Llegamos a Oporto por la mañana -casi a mediodía-, dejamos las cosas en el Hotel y salimos a callejear. Oporto es una bella ciudad del Norte de Portugal en la que su arquitectura y la personalidad de sus calles hacen que de verdad te sientas en un lugar mágico. Cada rincón es una sorpresa nueva, y como sólo podemos viajar en Agosto, puentes y festivos (como la mayoría de los mortales, muy a pesar nuestro), pues solemos encontrar todas las ciudades bastante animadas, y en este caso, Oporto no nos defraudó… jejeje…
Oporto nos encantó. Fue la primera ciudad que visitamos en nuestra ruta por Portugal con niños “De Oporto a Lisboa”. Pasear por Oporto con un carrito es factible, eso sí, hay zonas en las que los adoquines y las súper cuestas hacen la misión un poco “imposible”, pero vamos, no hubo calle que se nos resistiera.
Nos alojamos cerca del Mercado de Bolhao, justo enfrente de la “Capela das Almas”, pequeña, pero adornada con los característicos azulejos blancos y azules y muy cerca de “Rua Santa Catarina”, principal vía comercial donde pudimos tomar un café en el famoso “Majestic” uno de los ejemplos más bellos y representativos de la decoración Art nouveau y que hacen que te traslades a la época de los años 20.

Capela das Almas – Portugal con niños.
Paseamos hasta llegar a la catedral de Oporto o la “Sé” y bajamos con el “Funicular dos Guindais” hasta la Ribeira gozando de unas vistas maravillosas del famoso Puente de Luís I y de la “Muralha Fernandina” que quedaba a nuestra derecha. Paseamos por toda la Ribeira gozando del ambiente hasta que se puso a llover…
Día 3: Oporto.
Al día siguiente, iniciamos ruta por el Mercado de Bolhao hasta la “Praça da Liberdade”, queríamos llegar a la “Torre dos Clérigos” y desde allí pasar a contemplar la librería de “Lello e Irmao”. Tras hacer una pequeña cola, pudimos entrar y pasear por la famosa librería “de cuento” (no os la perdáis). Si queréis hacer fotos del interior hay un turno especial para los que queráis fotografiarla sobre las 9 de la mañana (si viajáis en Agosto) -ahora ya se puede fotografiar a cualquier hora-. Os dejo un enlace muy interesante sobre la librería de «Harry Potter», redactado por mi colega Monika Araujo, de «Viajando con mami».

Torre de los Clérigos.

Librería Lello e Irmao.
De camino pasamos por la “Igreja das Carmelitas” y el “Museu de Historia Natural” y callejeando de nuevo hacia la Ribeira pasamos por un mirador situado en la Rúa Vitória con unas vistas espectaculares de la ciudad. Visitamos la “Igreja de San Francisco” pagando 4 euros la entrada de adultos y la verdad es que mereció la pena. Construida por frailes franciscanos por el año 1245, esta iglesia era de estilo románico, para luego pasar al gótico y finalmente al barroco con todas las tallas de madera revestidas de polvo de oro. También pudimos visitar las catacumbas.
Después de la visita, quedamos para comer con mi amiga Luisa que vive en Povoa de Varzim y se acercó a Oporto a vernos. A Luisa la conocí cuando estudiamos un año en Roma, con el programa europeo Erasmus. Nos llevó a probar las famosas “francesinhas” y quedamos encantados.

Francesinha típica de Oporto.
Por la tarde teníamos pendiente el paseo en barco por el Duero y la visita a las bodegas de Vilanova da Gaia, y así lo hicimos. A Maria le encantó el paseo, y luego cruzamos el puente de Luis I para visitar las bodegas y probar el vino de Oporto “in situ”. Nos quedamos a cenar en Vilanova para ver el atardecer desde la otra orilla de río (¡no os lo perdáis!), y esa noche cenamos “peixe” viendo cómo se encendían las luces de la ciudad.
Día 4: Oporto – Costa Nova- Aveiro- Coimbra.
Otro día en el que nuestro primer destino era Aveiro. Aveiro se encuentra a unos 45 minutos de Oporto, aunque teníamos pensada una parada en la playa de Costa Nova, en la orilla de la Ría de Aveiro (perteneciente al Ayuntamiento de Ílhavo). Allí queríamos ver los «palheiros» las casitas pintadas a franjas de colores vivos tan características. Una parada muy acertada en nuestra ruta por Portugal con niños.
Después de nuestra visita a las famosas casitas de Costa Nova, nos dirigimos hacia Aveiro. Aparcamos en el Parking de Centro Comercial «Fórum Aveiro». Desde allí, quisimos dar un paseo por el canal Central y ver los barcos «moliceiros», que actualmente ofrecen paseos por los canales de la llamada «Venecia de Portugal».

Aveiro, o la llamada «Venecia de Portugal». Ruta de 10 días por Portugal con niños.
En la oficina de turismo nos dieron un mapa y nos señalaron los distintos canales: el canal central, el canal de las pirámides y el canal de San Roque. También nos indicaron algunas casas modernistas a las que echarles un ojo, como el ayuntamiento y la Casa do Major Pessoa.
También nos señalaron el «Puente dos Carcavelhos», y cómo no, probamos los famosos «ovos moles»-una especie de dulce relleno de yema confitada-.

Detalle de uno de los barcos «moliceiros».
Después de comer en el Centro Comercial, nos sentamos a comer unos helados y nos fuimos hacia Coimbra, nuestro siguiente destino a unos 40 minutos de distancia.
Mientras María seguía durmiendo, hicimos el check-in en nuestro Hotel de Coimbra. Un hotel familiar pequeñito muy céntrico. Descansamos un poco y salimos a aprovechar nuestro tiempo en Coimbra.
Empezamos dando un paseo por Coimbra Baixa, donde predominan los comercios y la Iglesia de Santa Cruz.

Zona baja de Coimbra
Quisimos subir hacia Coimbra Alta, donde se encuentra la Universidad y la Sé Velha (en los alrededroes podéis comer los famosos pastéis de nata).

Explanada de la Universidad de Coimbra.
En la Universidad, visitamos la espectacular Biblioteca Joanina, que es «Patrimonio Europeo», y también la espectacular «sala dos capelos», donde todavía se realizan las ceremonias académicas.

La espectacular Biblioteca Joanina.
Día 5: Coímbra – Nazaré – Alcobaça – Óbidos.
Salimos temprano porque queríamos visitar Nazaré. Allí queríamos pasear por las callejuelas cercanas a la playa, ver sus playas y a las mujeres pescadoras a primeras horas de la mañana. También subir al funicular de Sitio, donde dicen que las vistas son preciosas. Pero sólo pudimos dar una triste vuelta en coche por allí y… ¡media vuelta!. Os explico.
Cuando cogimos la Salida hacia Nazaré, empezamos a ver un tráfico muy denso, con atascos continuos y de manera descomunal. Se estaba celebrando algo en la ciudad que no nos permitiría circular con normalidad, así que cambiamos de planes y nos dirigimos al Monasterio de Alcobaça, que se encontraba a 20 minutos de trayecto.

Monasterio de Alcobaça.
Paseamos por las calles de Alcobaça y visitamos el Monasterio, la primera obra gótica realizada en suelo portugués allá por el 1178. Después, seguimos nuestro camino hacia Óbidos, los últimos 30 minutos en el coche del quinto día de nuestra ruta por Portugal con niños.
Una vez en Óbidos, dejamos nuestro coche en el parking del Hotel Albergaria Josefa D’Óbidos -muy cerca del centro-. y salimos a hacer la visita.

Calles de Óbidos.
Óbidos es un pueblo muy pintoresco, nos dejamos llevar por sus calles y descubrimos librerías con encanto, y pequeños negocios locales de souvenires y de gastronomía y licores, como uno que nos dio a probar el famoso licor de Ginja dentro de un vasito de chocolate negro.

Famoso licor de Grinja.
Llegamos hasta el Castillo, donde también descubrimos pequeñas casitas construidas para la celebración de la Feria Medieval (suele ser en Julio).

Castillo de Óbidos.
Día 6: Óbidos – Sintra – Cabo da Roca – Boca Infierno – Cascais – Lisboa.
Salimos de Óbidos temprano, y hasta Sintra teníamos sólo 53 minutos de trayecto. En Sintra sólo vimos el Palacio da Pena, y nos dejamos Quinta da Regaleira en el cajón. Creo que ambas visitas son imprescindibles, pero como teníamos mucho para ese día, lo dejamos en un palacio sólo. Hacía calor, y teníamos el día bastante completo.

Palacio da Pena en Sintra.
Después de la visita, hicimos unos 25 minutos de trayecto hasta Cabo da Roca, que es la parte más occidental de la península. El lugar es precioso, pero sólo fuimos a hacernos un par de fotos. Pudimos aparcar con facilidad.

La parte más occidental de la península. El Cabo da Roca.
Cuando terminamos la visita exprés, seguimos unos 20 minutos hasta Boca do Inferno, un acantilado de camino a Cascais donde el agua golpea las rocas con fuerza. Muchos somos los que pasamos por allí por las características que ofrece el lugar.

Boca do Inferno.
Fuimos a comer a Cascais, donde primero dimos un paseo, comimos en el restaurante Casa Velha, y tomamos unos helados.

Ambiente de las playas en Cascais.
Tabién teníamos Estoril apuntado en la ruta (otra ciudad costera que tiene un casino, pero básicamente es para hacer una parada y ver el ambiente).Como estábamos cansados ya , nos fuimos en busca y captura de nuestro hotel, que estaba en Lisboa, donde pasaríamos las siguientes tres noches.

Nuestro primer paseo nocturno por Lisboa. ¡Una pasada!
Día 7: Lisboa
Después de la toma de contacto de Lisboa por la noche, decidimos visitar Belém. Así que salimos a buscar el tranvía número 15 desde la Plaza del Comercio, que nos llevaría a este barrio de Lisboa. El tranvía va a tope, aún así cogemos el carrito y a la niña y subimos -ahí nos damos cuenta del incivismo de alguna gente, que sigue subiendo al tranvía a pesar de no haber espacio-.
Nuestro primer objetivo fue visitar el Monasterio de los Jerónimos. Había una cola impresionante, pero para nuestra sorpresa, al vernos con carrito nos hacen pasar por una cola prioritaria. ¡Bien!

Increíble el claustro del Monasterio de los Jerónimos.
Después de la visita al Monasterio, nos acercamos hasta el Monumento a los Descubridores y al Puente 25 de Abril. Cómo no, nos acercamos a la Torre de Belém y tomamos otras instantáneas. Decidimos no entrar, porque la cola es bastante larga, era mediodía y teníamos ganas de tomar algo y descansar.

Torre de Belém.. en Lisboa.
Por supuesto, no nos fuimos de allí sin probar los famosos «Pastéis de Belém», imprescindible si estás viajando por Portugal con niños… -o sin ellos-.

Aquí también hicimos una pequeña cola para hacernos con unos «Pastéis de Belém».
Por la tarde, volvemos al centro de Lisboa.
Cogemos el tranvía que nos dejaba cerca del mirador de San Pedro de Alcántara, un mirador con unas vistas espectaculares y que lo abarca casi todo (mejor si lo visitáis por la tarde como nosotros).

Preciosas vistas desde el mirador. Por la tarde, cae el sol sobre la perspectiva, haciéndolo más bonito.
Después seguimos paseando por el barrio de Alfama, vamos hasta la Sé (Catedral de Lisboa), e intentamos conseguir esa instantánea de su fachada con el tranvía pasando por delante de ella.

Al final la conseguimos. ¿A que es bonita?
Seguimos hacia el mirador de Santa Lucía – súper bonito-, ideal para comprar unas acuarelas de los sitios más emblemáticos de Lisboa.

Vistas desde el mirador de Santa Lucia.
También visitamos el Castillo de San Jorge, sin entrar al edificio principal.
Era hora de pasear por Lisboa La Baixa, pasamos por la Iglesia de Santo domingo y paseamos a lo largo de la Rua Augusta hasta pasar por el Arco Triunfal que da entrada a la mítica Plaza del Comercio de Lisboa.
Día 8: Lisboa
Seguimos en Lisboa. Nos cuesta madrugar, ya que ya llevamos una semana de viaje, y con la peque todo cuesta un poquito más. Hoy nos vamos a tomar el día con calma.
Nuestro objetivo de la mañana es visitar el Barrio bohemio de Chiado, un barrio que se sitúa entre el barrio Alto y el bajo. Empezamos con la visita del Convento do Carmo, un convento con el techo al descubierto que conserva toda la magia incluso después de su derrumbe durante el terremoto de 1755.

Convento do Carmo. Un lugar increíble.
Decidimos bajar de nuevo a la zona de Rua Augusta porque queríamos comprar algún souvenir y de camino, encontramos la Casa dos Bicos.

Casa dos Bicos.
Después, volvemos a la zona de Chiado y tomamos un café sentados al lado de Fernando Pessoa, en el mítico Café A Brasileira.

Café a Brasileira.
Paseamos por la Plaza Luis de Camoes y por casualidad, encontramos el Mirador de Santa Catarina, súper bonito y con muy buen ambiente por la tarde para ver la puesta de sol.
Iba a ser nuestra última noche en Lisboa y queríamos dejar las maletas listas para salir mañana hacia Évora. Salimos a cenar en la misma calle de nuestro Hotel a un restaurante vegetariano que encontramos por casualidad y que nos encantó: Jardim dos sentidos.
Día 9: Lisboa- Évora- Mérida

Saliendo de Lisboa, aunque nos recordó mucho a cuando salimos de San Francisco.
Decimos adiós a Lisboa. Salimos temprano hacia Évora, ya que teníamos 1h.20′ de camino. Vamos a hacer una parada para conocer esta bella ciudad del Alentejo portugués.
Los puntos de interés que teníamos apuntados son:
- Plaza do Giraldo.
- Templo de Diana o Templo romano.
- La Catedral de Santa María.
- La Iglesia de Gracia (con las esculturas en su fachada).
- y la famosa Iglesia de San Francisco, con la Capela dos Ossos.
Templo de Diana.
Súper curiosa la Capela dos Ossos en Évora.
Después de la visita seguimos hacia Mérida aproximadamente 1h.35′ de recorrido. A nuestra llegada, hacía un calor increíble en Mérida que nos obligó a quedarnos descansando en el Hotel un buen rato.
Cuando conseguimos salir, damos una vuelta por la ciudad y nos dirigimos hacia la zona del Teatro Romano.
- Puente Romano
- Templo de Diana
- Circo Romano
El templo romano de Mérida.
No nos dio tiempo a más, ya que los recintos cerraban. Así que disfrutamos de Mérida, pero se nos queda pendiente una próxima visita para verla con más tranquilidad.
Día 10: Mérida- Alicante
Era nuestro día de vuelta. Debemos reconocer que Portugal nos dejó muy buen sabor de boca. Ese día madrugamos para que la peque pasase unas horas dormida y pudiésemos avanzar un buen tramo sin tener que parar. Teníamos por delante casi 6 horas y nos entraron las ganas de llegar a casa… y cómo no, tomarnos unos días de vacaciones de las vacaciones.
Espero que os haya gustado nuestro diario para viajar a Portugal con niños.